27 de mayo de 2011

s e g u i d o

La eterna duda es la fianza de la sorpresa constante. Esto nunca es cosa de dos, sino de uno ¿quién? El de siempre. Me alegra que exaltes mi sinceridad, ahora justo. Justo cuando nunca había mentido tanto. La piel empieza a sentir el tacto de la piel, el roce contra la camisa, la camisa sobre los pezones, los pezones contra el cielo. Nubes y claros, boca llena, las manos vacías, las lluvias de Madrid no son más que lágrimas, por ver nuestra miseria. Pasamos toda la vida generando energía para sonreír, por luchar contra nuestra propia soledad que no es más-ni menos- que nuestra propia esencia. Una sonrisa, una duda, una carcajada ajada, las dos, las tres, tres por cuatro, doce monos, ojos, solos caminan por Praga. Por favor, puente aéreo Madrid-Praga, para sentir que las distancias siguen teniendo ese efecto adolescente de orgasmo rápido, piel satinada, elástica, pensamiento elástico contra mentes rumiantes. ¿Cuándo! ¿Cuándo volverás a utilizar tu cuerpo? –me dije. Rodrigo me lo pregunta, aún todas las noches. Basta de puntos y aparte. Sólo seguido seguido seguidoseguidoseguido se guido se gui do s e g u i d o

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estás volviendo, y yo contigo.

marzo* dijo...

Volvamos! No puede ser de otra forma!!!