24 de diciembre de 2011

dcmbr*

Él grita, ella murmura. Él corre, ella suspira. Ella murmura e implora sonetos a la nieve. Ni ve. Él calla, ella suspira. Me enredé en la persecución de las palabras y las metáforas deshiladas. Ella pide silencio. Se estremece la luna. Él calla y grita más fuerte. Dos latidos, tres latidos, cuatro, desde el cajón. Palpita la almohada. Ella observa desquiciadamente, yo miro. Él se da media vuelta, ella se sienta. Ella se va. Ella empieza a llorar, y yo lloro. 

21 de diciembre de 2011

Me faltan palabras

para contar canciones
para cantarte mil historias
para hablar de lo que amo
para llorar
para narrar la vida
para vivir la mia
para soñar presentes
para triturar futuros
para beber té
para comer delicioso
para que se me pongan los ojos más verdes
para decirte la verdad
para decirte que te quiero
para creerme la historia
para que vivas mi cuento
para tragar alegrías
para gritar las penas
para abrir la caja de Pandora
para arrancarte la ropa
para sonrojarme entera
para hablar de música
para besar salvajemente
para estremecerme
para mirar la luna
para escribir mi historia.




Me faltan palabras.





11 de diciembre de 2011

S. Plath



"I took a deep breath and listened to the old bray of my heart. I am. I am. I am."










6 de diciembre de 2011

ATENCIÓN, ATENCIÓN...

... Se solicita permiso a la clandestinidad de sentimientos.
Se ruega a los pasajeros paciencia ante la espera. Ya saben que las turbulencias van incluídas en el precio del pasaje.
Las salidas de emergencia ya las conocen, aunque nunca sabrán cómo utilizarlas.

Siempre querremos preferir viajar sin cinturon,
fumar en los baños
y pedir vino para beber.

5 de diciembre de 2011

¡que la literatura no muera!


Si la literatura es el lenguaje, y el uso del lenguaje modela los cerebros. Más letras y más imágenes, para qué vamos a renunciar a algo, si nos gusta mucho más sonreir -y las sonrisas son más amplias- si lo tenemos todo.
Aunque al final nos quede nada,
o casi
nada.

Llenamos renglones y renglones de casis y demasiados. Nunca bien, nunca correcto, nunca completo -intentando que nunca mal- a veces mal.

Llevo meses convenciéndome de dejar las locuras a un lado.
Llevo horas convenciéndome de cometer una locura.